El azúcar de abedul fue descubierto por el químico alemán Emil Fischer, dedicado a la química orgánica, en 1891. Un déficit de azúcar hizo buscar a los investigadores otros edulcorantes alternativos y así en el año 1930 el azúcar de abedul había sido purificado. Finlandia sufría una escasez grave de azúcar durante la Segunda Guerra Mundial, los científicos finlandeses descubrieron el azúcar de abedul, un azúcar con nivel reducido de calorías obtenido de corteza de abedul, convirtiéndose en un edulcorante natural útil en la comida. El azúcar de abedul tiene una propiedad increíble que se metaboliza en el cuerpo humano sin el uso de insulina. Por ello es apto para los diabéticos.
En los años 60, el azúcar de abedul se utilizaba en Suiza, Alemania, Japón y la Unión Soviética, y como edulcorante favorito en las dietas para diabéticos y fuente de energía para la terapia de infusión en pacientes con resistencia a la insulina e intolerancia a la glucosa. A partir de entonces, muchos otros países, como China e Italia producen el azúcar de abedul para su consumo en los mercados internos y con los efectos beneficiosos para la salud. En los EE.UU y Australia el azúcar de abedul era desconocido, por la distribución barata de la caña de azúcar haciendo que el azúcar de abedul resultaba más costoso económicamente y por eso menos interesante para la industria.